viernes, 30 de septiembre de 2011

MITOLOGÍA III: EL RAPTO DE PERSÉFONE

Deméter-Ceres, hermana de Zeus, diosa de la agricultura tenía una hija con la que estaba estrechamente unida: Perséfone-Prosérpina. Esta diosa crecía feliz entre las ninfas y otras doncellas haciendo la vida propia de la juventud que no se preocupa del matrimonio.
Un día en que estaba cogiendo flores en la pradera de Nisa, en las llanuras de Sicilia, en el momento en que se disponía a arrancar un narciso, súbitamente la tierra se abrió a su alrededor y apareció en su carro el dios de los Infiernos, Hades-Plutón , que se había enamorado de la joven. El dios descendió, salió al encuentro de la diosa y la raptó, llevándosela con él a las profundidades.

Esta acción la cometió con la complicidad de Zeus. La desolada madre de la joven la buscó en vano por toda la tierra durante nueve días y nueve noches en las que se ayudaba de una antorcha. Mientras tanto descuida sus tareas de diosa de la agricultura y la tierra en Grecia se vuelve estéril ocasionando un período de hambre. Zeus ordena a Hades, por medio de la diosa mensajera Iris, que devuelva la hija a su madre.

No va a ser ya posible porque Perséfone ha comido un grano de una granada cultivado en el Infierno y por tanto queda ya ligada a este lugar definitivamente.

La solución es el acuerdo que toman los tres dioses olímpicos: Perséfone dividirá el año entre su estancia en los Infiernos con Hades –lo que simboliza el invierno, ausencia de vegetación- y su regreso a la tierra con su madre –que simboliza la primavera.


Rubens: El rapto de Perséfone

jueves, 29 de septiembre de 2011

Emerita Fashion Week


Mérida celebra con éxito su primera 'Emerita Fashion Week' de moda romana

Varios soldados romanos, pertenecientes al colectivo Emerita Antiqua, custodiaban la plaza del Templo de Diana ayer por la noche. Más de cuarenta kilos de cera y dos kilos de incienso ambientaban el recinto trasladando a los centenares de asistentes a la Mérida antigua, a Emerita Augusta, en un viaje protagonizado por trece modelos de pasarela.

[y otro titular con algo de latín]

viernes, 23 de septiembre de 2011

MITOLOGÍA II: EL RAPTO DE EUROPA

Zeus es un incansable conquistador y sus amores con diosas, ninfas y mortales llenan una amplia página de la mitología. En el mito que nos ocupa Zeus ha puesto sus ojos en una bella joven asiática, hija de Agenor, rey de Tiro, en Fenicia, en la cuenca oriental del Mediterráneo.
Pide ayuda a su hijo Hermes para la preparación del encuentro y posterior rapto que va a ser de los más historiados porque el dios ha decidido metamorfosearse en un bello toro. Hermes va a ser el encargado de conducir al rebaño de bueyes del rey desde los altos prados hasta la playa cercana donde Zeus sabía que Europa y otras doncellas de Tiro acudían a pasar la jornada de diversión y asueto.

Zeus toma la forma de un toro blanquísimo, de facciones nobles, que no infunde miedo y se aproxima saliendo del rebaño hasta el grupo de las jóvenes. Éstas se asustan al principio pero poco a poco van cogiendo confianza con el manso toro que acepta sus caricias y las guirnaldas de flores que las muchachas trenzan para colocarlas entre los cuernos. Europa llega a sentarse encima del animal, tan confiada y ajena a lo que le espera. El toro besa los pies de la joven, mientras sus amigas la adornan, y se dispone a continuar su plan.

El animal se incorpora y sin demora se lanza al mar con la ansiada carga en su grupa. Las amigas se quedan en la costa, sorprendidas, levantando las manos en gesto de sorpresa y el grupo se introduce en mar abierto donde los Vientos ayudan a avanzar y donde grupos de divinidades marinas surgirán como cortejo.

Llegan a las costas de la isla europea de Creta. Allí Europa dará a luz a tres hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis dejando así la estirpe divina en la isla.


Noel-Nicolas Coypel: El rapto de Europa

jueves, 22 de septiembre de 2011

Mapa para ubicar lo mitos

martes, 20 de septiembre de 2011

Caelum in caput ejus cadit

Con Asterix - Caelum in caput ejus cadit, o dicho de otro modo, Astérix - El cielo se nos cae encima en latín, la editorial Albert René demuestra que a pesar de ver su territorio ocupado por los soldados del Imperio Romano, nuestros héroes galos pueden expresar en la lengua de César lo que no parecían tener: humor, imaginación y pasión por la lectura.

Sum, es, esse, fui

SUM (Ser, estar)
sum
es
est
sumus
estis
sunt

viernes, 16 de septiembre de 2011

MITOLOGÍA I: EL JUICIO DE PARIS

En la antigüedad mítica se celebraron unas importantes bodas a la que estaban invitados dioses y mortales. Los contrayentes eran Peleo y Tetis, un mortal y una diosa, lo que explica la afluencia de invitados. Tetis, una nereida, hija de Nereo, antiguo y anciano dios del mar, era, por tanto, una divinidad marina e inmortal y Peleo, discípulo del centauro Quirón, era el afortunado mortal que tenía el privilegio de casarse con una diosa.

Pero no todos habían sido invitados a la fiesta: la diosa Éride (Discordia) quiso hacer notar su ausencia y se presentó en la fiesta con una manzana de oro que tenía grabada la siguiente frase: "Para la más bella". Lanzó la manzana sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se fue.

Tres de las diosas presentes en el banquete, Hera-Juno, Atenea-Minerva y Afrodita-Venus , se creyeron merecedoras del título y se lanzaron a por la manzana. La enojosa situación que se produjo entonces no tenía fácil solución y ni el mismo Zeus-Júpiter quiso intervenir en una decisión tan comprometida.

Encargó a su fiel hijo Hermes-Mercurio que condujese a las tres diosas al monte Ida, en la llanura de Troya, y se las presentase a Paris, bello joven, hijo del rey Príamo de Troya, que pastoreaba los rebaños reales en aquel lugar. Él debía ser el encargado de dirimir el pleito, según voluntad de Zeus, y así se lo explicó el dios mensajero Hermes al asustado joven.

Durante el juicio cada diosa hizo valer sus méritos al título pero además le prometieron a Paris beneficiosos dones si éste fallaba a su favor. Hera se comprometió a hacerle soberano de toda el Asia. Atenea le ofreció la prudencia y la victoria en todos los combates y Afrodita le brindó el amor de la mortal más hermosa de Grecia, Helena de Esparta.

Paris dio la manzana a Afrodita, granjeándose así la fiel protección de la diosa para él y los suyos para siempre, y la enemistad de las otras dos diosas lo que quedará reflejado en la Guerra de Troya.
El juicio de Paris (Rubens)